¿Qué significado tiene para ti la Navidad?
Cada uno de nosotros, de un modo o de otro, nos hacemos esta pregunta cada año y, cada año, encontramos una respuesta diferente, según las circunstancias que vivimos y la madurez que vamos logrando en nuestro profundo sentir.
Con los años, nos vamos desprendiendo de lo superficial. Atrás quedó el ruido y el estruendo de la juventud; y, ahora, en el silencio de nuestro reino interior, podemos escuchar con más nitidez cómo nos habla el corazón.
Así lo he sentido hoy al despertar, en mi primer momento de paz y agradecimiento al nuevo día.
Una palabra, una sola palabra, he escuchado: CAMINO.
No será casualidad que se celebre la Navidad cuando el año llega a su fin, cuando el camino recorrido, mes a mes, hace una pequeña parada para festejar en familia la Vida.
La palabra "camino" es una de las más destacadas en la historia del acontecimiento que estos días celebramos, y así lo representamos en nuestro típico Belén: el difícil camino que hicieron José y María sobre una burra; el largo camino que desde Oriente recorrieron tres sabios hombres persiguiendo una estrella; el camino que anduvieron los pastores del lugar… Y todos esos caminos confluyeron en un mismo punto: el nacimiento de una Nueva Vida… NAVIDAD, nacer a la Vida.
Hoy, quiero hacer un alto en mi camino, en mi largo camino, para mirar hacia atrás y agradecer cada uno de los pasos que me han traído a este instante y todos los regalos que la Vida me ha dado. También dirigiré mi mirada al cielo, a las estrellas que iluminan mi camino y me guían hacia el futuro con Fe, Esperanza e Ilusión, los tres tesoros con los que, al mismo nacer, fuimos obsequiados.
Estos días, todos los caminos están iluminados. Las luces visten las calles, los árboles, los balcones… Pero no os dejéis engañar, no os quedéis con el mensaje superficial impregnado de materialismo consumista. Vayamos hacia la profundidad de nuestro Ser, encendamos la Luz de nuestro corazón y busquemos nuestra paz interior para recorrer el camino que nos une a los demás. Construyamos, juntos, caminos de solidaridad, igualdad y respeto.
Y, hoy, en esta pausa del camino, también quiero, necesito, sentir mi PRESENTE, mi bendito presente, como el mejor de los regalos que es, y decir, una y mil veces más: ¡GRACIAS VIDA!
Y así, de esta forma tan sencilla, es como cuelgo, cada día, estrellas en mi corazón.
¡FELIZ NAVIDAD! ¡FELIZ CAMINO!
Aurelia García
Psicóloga - escritora